lunes, 8 de agosto de 2011

Capítulo 18: Aspecto misterioso

A la mañana siguiente, tal y como lo habíamos planeado, dejé a Espeon en la fiesta y fui a casa de Silver. El me enseñó sus ataques y tácticas secretas. Estuvimos practicando un buen rato, hasta que por fin aprendí a dominar mas o menos los ataques.
"Buen trabajo" dijo el sonriente.
Tomé un poco de agua, tanto entrenamiento me había cansado. Entonces él me condujo hasta la sala de simulacros. Era enorme, tenía unos paneles cubriendo toda la pared, y no había escapatoria hasta no vencer los enemigos de los simulacros.
"¿Preparada?"
"Por supuesto"
Silver pulsó una serie de botones, y, poco a poco, los paneles de la sala fueron tomando la forma de un lugar desolado y muerto. Hacía un frío muy realista, y una niebla me impedía ver el camino. Empecé a caminar, hasta que unos robots aparecieron en mi camino y comenzaron a atacar. Les daba patadas y los tiraba al suelo, mientras intenba escapar de ellos. Al principio fue fácil, pero después se multiplicaban entre si. Eran una pesadilla.
Entonces usé puñetazos, patadas y saltos, hasta que los vencí. Silver presionó unos botones, y la sala volvió a la normalidad. El frío cesó, y la niebla se esfumó.
"No estuvo nada mal... para ser novata" sonrió.
Luego nos dirigimos a un cuarto algo oscuro y sombrío, había un foquito de color fluorescente que brillaba con todas sus fuerzas al centro de la sala, arriba de una mesa. Me senté en la mesa y Silver se sentó del otro lado, miró hacia alrededor, cerciorándose de si había alguien. Después sacó un trozo de una piedra celeste-turquesa brillante, como la gema de la gravedad y telequinesis.
"Cuando eran los Guardianes, tus padres me entregaron una parte del poder.." explicó. "Creo que es tiempo de que tu también aprendas a manejar la telequinesis" me entregó la piedra.
Tomé la piedra confusa, sin saber exactamente qué hacer. Pero la piedra se iluminó al rozarme.
"Ahora cada vez que apuntes o mires algo fijamente con la intención de moverse, se moverá" dijo con sabiduría. "Por cierto.." se dirigió hacia un armario, le dió una patada, y éste se abrió bruscamente.
En las perchas, había colgada una especie de musculosa, unos guantes hasta casi los hombros, un short, y unas botas, todo en un color gris que brillaba a la luz de la Luna. Yo miraba asombrada. Luego sacó una especie de "bandas" que parecían elásticas, pero se ajustaban muy firmemente cuando permanecían en una misma posición. Me dió el traje, y sorprendida aún, lo tomé. Fui al baño y me lo probé. Me quedaba de maravilla.
"Perfecto" dije con aire triunfante. "Gracias Silv.."
"No es nada" sonrió. "Pero con ese peinado es fácil identificarte.."
Me miré a la ventana que daba al sombrío patio nocturno. Mi reflejo se dibujó en él, y se me ocurrió una idea de cómo peinarme para ser irreconocible... O al menos despistar a la gente.

Tomé un mechón de mis púas, y la bandita que sobraba. Me até una especie de coleta, y me miré en mi reflejo. No estaba tan mal después de todo.
"Silver.. ya estoy lista.. ¡¡¡derrotaré a ese idiota!!!" dije con una expresión sedienta de venganza.
"Espera.. aún te falta tener la telequinesis" se acercó a mi y tomó el collar, este se desprendió de su forma original haciéndose destellos y ocupando mis banditas.
"Te ayudará" sonrió el.
Estaba lista. Al día siguiente entraría en acción...

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